Esos ojos,
los tuyos,
¡tantas veces en mis labios!
Estos ojos,
los míos,
subyugados a tu respiro.
Esos ojos,
otra vez los tuyos,
enclavados en mi alma,
tan llenos de espuma y nido.
¡Cuántas veces húmedos!
Fugaces,
claros,
transparentes.
Mortalmente dentro de mí.
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